Buceando con el TAMRON 20–40mm – un informe de experiencia

Mi pasión por la fotografía comenzó en 2008, a raíz de un encuentro decisivo con el fotógrafo oficial del Dalái Lama durante mis estudios universitarios. Desde entonces, la fotografía forma parte esencial de mi vida. Actualmente trabajo como fotógrafo y videógrafo freelance, y también colaboro con producciones de televisión y universidades, donde imparto clases de fotografía y vídeo. A menudo viajo por trabajo, a veces durante semanas. El año pasado, por ejemplo, pasé dos meses en Namibia realizando retratos en vídeo para una cadena hotelera. También estuve en las islas Galápagos trabajando en un reportaje para una revista, y en las Maldivas documentando tiburones ballena y mantarrayas gigantes. Para mí, la fotografía y el vídeo van de la mano: se complementan a la perfección.

¿Zoom bajo el agua? ¡Por fin posible!

La idea de usar el TAMRON 20–40mm bajo el agua surgió de forma espontánea. Ya había buceado en otras ocasiones, pero casi siempre con objetivos de focal fija. Los zooms suelen ser complicados en entornos submarinos porque a menudo son demasiado grandes para las carcasas.

Con el 20–40mm fue diferente: el objetivo es muy compacto y funcionó perfectamente dentro de la carcasa. Gracias a los anillos y controles accesibles desde el exterior, pude hacer zoom y enfocar manualmente bajo el agua. Fue genial, porque no estaba limitado a una sola distancia focal. Con un fijo, como un 16 mm, se tienen muchas limitaciones. Pero ahora podía reaccionar con flexibilidad y acercarme más cuando lo necesitaba. Fue realmente divertido trabajar así.

Lugares de uso: Suiza, Maldivas, Galápagos

Utilicé este objetivo, por ejemplo, durante una producción con Maja Homberger, una pionera del turismo suizo, en la que también hice tomas submarinas. Después viajé a las Maldivas, donde fotografié principalmente mantarrayas gigantes y otras criaturas marinas. Poder adaptarme rápidamente a cada situación fue una gran ventaja.

Usé el TAMRON 20–40mm con la Sony A1 – el enfoque automático funcionó a la perfección bajo el agua. También se puede enfocar manualmente, pero el autofocus preciso hace que el trabajo sea mucho más cómodo. Bajo el agua suelo optar por gran angulares, ya que los objetivos más grandes no caben en la carcasa. Con la distancia focal de 20–40mm, de repente tuve un margen creativo que antes no tenía en estas condiciones.

Este objetivo no solo es ideal para fotografía submarina. También se adapta muy bien a la fotografía de paisajes y al vídeo con gimbal. En Marruecos, por ejemplo, lo llevé como segunda lente junto al 35–150mm F/2–2.8 Di III VXD. Especialmente en el gimbal, funciona muy bien, ya que está perfectamente equilibrado y apenas se extiende al hacer zoom. Eso permite capturar tomas estables sin interrupciones.

Mi conclusión

Ya sea en Suiza, en las islas Galápagos o en las Maldivas, el 20–40mm siempre fue un compañero fiable. Bajo el agua, me convenció por su diseño compacto y su versatilidad, que me abrió nuevas posibilidades creativas. También en tierra, durante viajes o producciones de vídeo, se ha convertido en una parte esencial de mi equipo, gracias a su excelente calidad de imagen y a su manejo cómodo.