Una supercélula dramática con nubes en espiral y relámpagos ilumina el cielo sobre un paisaje plano al anochecer.

18 jul 2025 / Bastian Klein

Caza de tormentas en Tornado Alley

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Caza de tormentas en Tornado Alley

Caza de tormentas en Tornado Alley

Con el TAMRON 17-50mm F/4 Di III VXD en la mano y en plena caza de tormentas, el fotógrafo Bastian Klein recorre las vastas extensiones de las Grandes Llanuras en busca de imponentes supercélulas y tornados ocultos. Siempre tras ese momento perfecto en el que se funden la amenaza y la belleza.

Una sirena aguda corta el calor vibrante de la tarde – suena la alarma en el próximo pueblo. Basta una mirada al cielo para entender por qué: una supercélula se eleva de forma amenazante sobre la llanura, con su núcleo de granizo brillando en turquesa detrás de una densa cortina de lluvia. Estoy al borde de un camino rural polvoriento, con la cámara lista en la mano, la mirada fija en la pared giratoria de viento y agua. En algún lugar ahí dentro ruge un tornado.

Estoy aquí como fotógrafo, en pleno corazón de Tornado Alley, para capturar lo que no se puede controlar: la fuerza de la naturaleza, su estética fugaz, la luz antes del impacto. El storm chasing no es una prueba de valentía, sino una decisión consciente. Una elección por el riesgo. Y por imágenes que solo pueden lograrse en unos pocos días al año, en unos pocos lugares del mundo.

Las vastas extensiones de las Great Plains, y en particular Tornado Alley en Estados Unidos, ofrecen las mejores condiciones del mundo para presenciar supercélulas y tornados de cerca. En ningún otro lugar se encuentran con tanta frecuencia e intensidad las masas de aire frío procedentes de Canadá con el aire cálido y húmedo del Golfo de México. El resultado: enormes células de tormenta rotativas – las llamadas supercélulas – que a menudo dan lugar a tornados.

Tras varios intentos poco satisfactorios de storm chasing en Alemania, decidí participar en un viaje de caza de tormentas organizado por Bastian Werner. Un cazador de tormentas experimentado como él sabe interpretar el clima con precisión – y también cuándo es mejor guardar la cámara y ponerse a salvo.

Mi objetivo para el storm chasing

En el storm chasing, lo que cuenta es la velocidad, la robustez y la versatilidad del equipo. Por eso elegí deliberadamente el TAMRON 17-50mm F/4 Di III VXD, para evitar cambiar de objetivo y así reducir el riesgo de que polvo o humedad entren en el sensor. La distancia focal de 17 a 50 mm permite capturar tanto las supercélulas extensas en su totalidad como acercarse a los detalles más impactantes.

El storm chasing es pura adrenalina, pero la realidad de un día típico de caza de tormentas también implica mucha planificación y paciencia. Analizamos las previsiones meteorológicas la noche anterior para definir la mejor zona para el día siguiente. Dependiendo de la distancia, ponemos el despertador temprano… o muy tarde, tras caer rendidos en la cama del hotel.

El día de caza en sí suele empezar con calma: un desayuno, una parada en Walmart para abastecernos o un almuerzo temprano antes de pasar varias horas en la carretera hasta llegar a la zona objetivo. En una cafetería o restaurante esperamos a que se formen las primeras tormentas, mientras seguimos los mapas meteorológicos en tiempo real. En algún momento, la paciencia se transforma en pura tensión – y comienza la verdadera caza.

Cuando el cielo gira

Cuando el cielo gira

Ya el primer día presenciamos una supercélula impresionante que genera varios tornados de corta duración. Las distancias focales de gran angular a ultra gran angular resultan perfectas para capturar toda la estructura de la tormenta rotativa que se acerca – la llamada mesociclón. Se trata de una corriente ascendente giratoria dentro de una supercélula, en la que pueden formarse tornados.

Una enorme nube de tormenta cuelga de forma amenazante sobre un paisaje rural con una casa antigua y desgastada y árboles sin hojas en medio de un campo cubierto de hierba.

Se cumple nuestro deseo: observamos un tornado claramente visible y fotogénico, que desciende elegantemente desde la base del mesociclón formando primero un embudo, hasta tocar tierra y convertirse en un tornado completo. Aquí es donde la flexibilidad del rango focal de 17-50 mm demuestra todo su potencial: 17 mm para la vista general, y un cambio rápido a 50 mm para capturar los detalles más dramáticos.

Ráfagas y arcoíris

Ráfagas y arcoíris

El tornado más peligroso del viaje no lo encontraríamos hasta más tarde: un vórtice invisible oculto detrás de intensas precipitaciones. Un tornado envuelto en lluvia dentro de una llamada supercélula HP (High Precipitation), donde el característico tono turquesa del núcleo de granizo se convierte en una trampa mortal. Lo que visualmente fascina, representa en realidad un peligro extremo. Por eso, las sirenas advierten a los habitantes del lugar sobre la tormenta potencialmente mortal.

Un cielo tormentoso y amenazante se extiende sobre una pequeña casa en un paisaje llano; a lo lejos se observa una nube embudo.

La verdadera prueba tanto para el equipo como para el fotógrafo llega en los momentos críticos, cuando cada segundo cuenta. Durante el storm chasing, rara vez hay tiempo para montar un trípode con calma – la mayoría de las veces tengo que empezar a disparar nada más bajar del coche y hacerlo a pulso. Frente a una supercélula, suele estar oscuro y hacer viento, por lo que incluso la estabilización del sensor alcanza sus límites. Para conseguir imágenes nítidas, se necesitan tiempos de exposición superiores a 1/100 de segundo.

Momentos mágicos en medio de la tormenta

Momentos mágicos en medio de la tormenta

El trípode se utiliza principalmente cuando se trata de capturar rayos. Para ello, trabajo en modo de intervalo con tiempos de exposición entre 1/40 de segundo y un segundo, con el fin de capturar el espectáculo natural. En la fotografía de rayos, especialmente en la oscuridad, se aplica una regla fundamental: es mejor subexponer deliberadamente que correr el riesgo de que el rayo sea demasiado brillante y se queme en la imagen.

Cielo dramático con nubes de tormenta oscuras y un relámpago brillante que cae a lo lejos sobre un campo cubierto de hierba.

No siempre son las grandes tormentas las que generan las fotos más espectaculares. A veces sorprenden precisamente aquellas células que, a primera vista, parecen poco llamativas. Así ocurrió con lo que para mí fue la supercélula perfecta: al atardecer, se transformó en una estructura impresionante – bellamente iluminada y acompañada por incontables rayos entre nubes.

En este momento mágico me cuesta mantener la calma – pero eso es exactamente lo que ahora se requiere: respirar hondo, colocar la cámara con seguridad en el trípode, ajustar la exposición y activar el modo de intervalo.

Con una exposición de aproximadamente un segundo consigo capturar los rayos a la perfección y, al subexponer de forma intencionada, evito que los colores del atardecer se quemen. Solo entonces me permito hacer un pequeño baile de alegría y disfrutar plenamente del momento.

Tesoros raros en el cielo nocturno

Tesoros raros en el cielo nocturno

Además de las espectaculares supercélulas HP, en nuestro viaje nos encontramos con una supercélula LP (Low Precipitation) especialmente fotogénica, que al anochecer se perfila de forma impresionante frente al resplandor rojizo del yunque de una nube de tormenta. Las supercélulas LP se caracterizan por una baja cantidad de precipitación y, por ello, muestran estructuras especialmente claras y delicadas. Esta célula nos regala impresionantes rayos entre nubes y destellos rojos en forma de relámpagos – conocidos como Red Sprites – que aparecen muy por encima de las nubes de tormenta, en la mesosfera, y duran solo unos pocos milisegundos.

En Tornado Alley, los fotógrafos de fenómenos meteorológicos encuentran una variedad de motivos extraordinaria: desde tornados giratorios e imponentes supercélulas hasta las características nubes arcus (shelf clouds), las amenazantes nubes murales rotatorias (wall clouds) y las espectaculares formaciones de mammatus. Además, una y otra vez se presentan vistas increíbles de supercélulas iluminadas por la luz dorada del atardecer.

Simbiosis perfecta entre aventura y tecnología

Al revisar mis fotos, vuelvo a darme cuenta de lo increíblemente variado y fascinante que puede ser el clima extremo. No fue solo un viaje exitoso desde el punto de vista fotográfico, sino sobre todo una experiencia que profundizó aún más mi pasión por la naturaleza y su imponente belleza. El TAMRON 17-50mm F/4 Di III VXD resultó ser el compañero ideal para estas condiciones extremas.

Storm chasing en las Great Plains – sin duda, una aventura que repetiría en cualquier momento. Y el TAMRON 17-50mm volverá a acompañarme.

About the author: Bastian Klein

Bastian Klein es un apasionado fotógrafo aficionado con un enfoque en la fotografía de paisajes y astrofotografía. A finales de 2020, cuando aún era principiante en la fotografía, participó con éxito en el “Tamron Creativity Contest” en la categoría de paisajes. Para lograr la foto perfecta, madruga para capturar la neblina al amanecer o permanece bajo un cielo estrellado hasta altas horas de la noche, siempre con una planificación meticulosa y la firme convicción de que el esfuerzo vale la pena. Fiel a su lema “La fotografía es pasión”, crea imágenes diseñadas para generar un auténtico efecto “wow” en quienes las contemplan.

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