
8 ago 2025 / Desigraphie
Bardenas Reales – Entre polvo, luz y amplitud
Bardenas Reales – Entre polvo, luz y amplitud
Un relato de viaje con la TAMRON E-Mount Trinity
Las Bardenas Reales, en el noreste de España, no son un destino turístico típico, y eso es precisamente lo que las hace tan fascinantes. Medio desierto, medio escenario de película, y totalmente únicas. En lugar de árboles o ríos, este lugar está moldeado por la erosión y la arcilla. Es un paisaje que te invita a desacelerar y agudizar los sentidos.
Visitamos en abril, viajando en nuestra furgoneta, con mi Sony A7IV y la luminosa TAMRON E-Mount Trinity: el 17–28mm, el 28–75mm G2 y el 70–180mm G2. No seguí reglas estrictas para elegir los objetivos, sino que dejé que el motivo me guiara: a veces la inmensidad épica pedía el gran angular, otras la geometría comprimida del teleobjetivo, y el zoom estándar estaba ahí para todos los momentos intermedios.

Un paisaje de otro mundo
Si visitas las Bardenas Reales, lo mejor es dirigirte a la zona central conocida como Bardenas Blanca. La pista principal señalizada —un recorrido de unos 34 km— atraviesa las partes más accesibles y fotogénicas de este semidesierto, y se puede recorrer con calma y a baja velocidad. Salir del camino está estrictamente prohibido: el terreno es frágil, y gran parte forma parte de una zona militar activa. No es raro que cierren temporalmente algunos caminos, o que se escuchen disparos o el vuelo de aviones de combate en la distancia — un contraste surrealista con el paisaje casi meditativo. Siempre vale la pena comprobar el acceso antes de ir, ya sea en el centro de visitantes o en línea.
Los primeros metros ya parecen irreales. El paisaje recuerda a Utah o a Marte, y sin embargo estás en pleno corazón de Europa. Grietas atraviesan el suelo seco, antiguos cauces serpentean por la llanura, y colinas de formas extrañas emergen de la nada. Para un fotógrafo, esto significa líneas, texturas y un juego constante con la luz que cambia cada minuto.

Primeras impresiones
Nuestra primera tarde fue ideal para orientarnos y familiarizarnos con la luz. El sol estaba alto, el contraste era fuerte, pero eso era lo interesante: sombras marcadas, aire polvoriento y capas de roca que brillaban. El 28–75mm fue mi todoterreno de confianza — especialmente para escenas dentro de la furgoneta o para encuadres creativos a través de marcos de puertas o espejos. Muchas de estas imágenes cuentan menos del paisaje y más del viaje en sí.

La hora dorada en el desierto
Ya sea al amanecer o al atardecer, en las Bardenas Reales la luz baja convierte el desierto en un escenario dorado. Las rocas parecen brillar desde dentro, las sombras se suavizan sobre el suelo, y hasta las formaciones más pequeñas adquieren profundidad. En esos momentos, me gustaba especialmente usar el 70–180mm. Me permitía comprimir escenas, aislar colinas lejanas y capturar la luz en los bordes, flotando en el aire polvoriento.
Por muy tranquilo y abierto que sea el parque, hay un lugar que se queda grabado en la memoria: Castildetierra. Esta formación rocosa icónica, como una torre de arena que se alza sobre la llanura, es quizás el motivo más fotografiado de las Bardenas, y con razón. Cuando pasamos por primera vez por la tarde, la luz aún era dura, pero en la hora dorada, todo cambió. Cambié al gran angular 17–28mm y me agaché para incluir la tierra agrietada en primer plano. Esa textura guiaba la mirada directamente a la formación, con mi acompañante posicionado a la izquierda — pequeño y casi perdido. Esa escala era importante para mí: no solo para mostrar la grandeza del lugar, sino también nuestra pequeñez en él.
Tanto por la mañana como por la tarde, la luz tenía un efecto similar: suave, surrealista, como si el tiempo se detuviera. En nuestra segunda visita al amanecer, tuvimos la suerte de disfrutar el lugar en soledad durante un rato.

Mis consejos para visitar las Bardenas Reales
Este semidesierto no solo impresiona visualmente, sino que también es una reserva de biosfera protegida por la UNESCO. Si vas a fotografiar aquí, lleva tiempo — y respeto. Aquí mis consejos más importantes:
Mantente en los caminos. Aunque sea tentador, no salgas de las rutas señalizadas. La superficie es delicada y puede dañarse con huellas o neumáticos.
No acampes libremente. Está prohibido pernoctar dentro del parque. Nosotros dormimos con la furgoneta fuera del área protegida y regresamos por la mañana.
Consulta las condiciones con antelación. Algunas zonas pueden estar cerradas por ejercicios militares o protección contra la erosión. Consulta en el centro de visitantes o en webs oficiales.
No molestes a la fauna. Mantén distancia, evita ruidos fuertes y usa teleobjetivos para fotografiar animales.
No hay infraestructura. No hay servicios en el parque. Lleva suficiente agua, comida y protector solar, y prepárate para el viento, polvo y sol.
Aprovecha la hora dorada. Al amanecer o al atardecer el paisaje cobra toda su magia.
Usa diferentes distancias focales. Gran angular para profundidad y amplitud, teleobjetivo para compresión y detalles, y entre medias, encuadres creativos que cuentan historias.
Tómate tu tiempo. Quien conduce despacio y se detiene a menudo verá más — especialmente lo que está entre los motivos evidentes.
Conclusión: Tres objetivos — un paisaje, infinitas perspectivas
Las Bardenas Reales ofrecen espacio — para perspectivas, líneas y estados de ánimo. Con la TAMRON E-Mount Trinity tuve un equipo flexible, ligero y fiable. Cada rango focal aportó algo distinto — desde tomas épicas con gran angular, a imágenes más documentales con el rango medio, hasta composiciones casi abstractas con el teleobjetivo. Gracias a su apertura constante de F2.8, estuve listo para todo — desde el primer rayo hasta la hora azul.
Si te entregas a la luz y respetas los límites, las Bardenas Reales te devolverán algo más que fotos: la sensación de haber conocido un paisaje que no impone, y que por eso se queda contigo.
About the author: Desigraphie

Bajo el nombre Desigraphie, Désirée Stoll de Wiesbaden crea fotografías que son mucho más que simples instantáneas: transmiten emociones que despiertan un anhelo de libertad y, al mismo tiempo, irradian humildad ante la belleza y la fugacidad de la naturaleza. Con una sensibilidad especial para la luz, los colores armónicos y los detalles sutiles, captura imágenes que invitan a sumergirse en ellas. Su trabajo inspira a percibir el mundo con mayor consciencia, a descubrir nuevas perspectivas y a encontrar belleza en los momentos silenciosos. En un ámbito que durante mucho tiempo estuvo marcado por una visión muy concreta, aporta una nueva sensibilidad. Demuestra que la fuerza expresiva no depende del volumen, y que la fotografía de paisajes es mucho más que técnica y amplitud: es la forma en la que una escena se siente y se vuelve experiencia. Para sus tomas, Desigraphie confía en la Sony Alpha 7IV en combinación con la Trinity de montura E de TAMRON: el 17-28mm F/2.8 para perspectivas amplias, el 28-75mm F/2.8 como todoterreno versátil y el 70-180mm F/2.8 para detalles poderosos; un equipo compacto pero potente que le permite la máxima flexibilidad sin renunciar a la calidad.
TAMRON products mentioned in this article
70-180mm F/2.8 Di III VC VXD G2
Modelo A065
28-75mm F/2.8 Di III VXD G2
Modelo A063