Bali – Un lugar al que siempre volvemos

Bali sigue siendo un lugar profundamente especial para nosotros. Fue aquí donde nos enamoramos por primera vez del surf, donde conocimos a innumerables personas inspiradoras y donde descubrimos paisajes que antes solo habíamos visto en internet. Desde la selva y las montañas hasta las cascadas, la belleza natural de la isla nunca deja de impresionarnos. Esa conexión es lo que nos impulsa a regresar una y otra vez. Esta vez, volvimos a llevar con nosotros el TAMRON 28–300 mm, una herramienta compacta y versátil que nos permitió capturar toda la diversidad de Bali en imágenes.

Entre olas y cafeterías

A medida que nuestra pasión por el surf ha crecido, elegimos alojarnos en un surf camp, ubicado en el corazón de Canggu, a solo cinco minutos de la playa. Nos encontramos rodeados de personas que comparten nuestro amor por los viajes y el surf, lo que hace que conectar y compartir experiencias sea algo natural.

Fotografiar lo que te representa marca la diferencia. El 28–300 mm nos dio la libertad de capturar surfistas en acción sin la necesidad de cargar con un teleobjetivo voluminoso, una ventaja clave para viajeros. Con 28 mm pudimos fotografiar playas extensas en gran angular; con el zoom, documentamos surfistas remando hacia el mar o cabalgando olas, todo con un solo objetivo.

Después de las sesiones matutinas de surf, nos dirigíamos a una de nuestras cafeterías favoritas. Para nosotros, eso suele significar un açaí bowl y un flat white, mientras observamos el bullicio de Canggu: motos camino a la playa o hacia el siguiente espacio de coworking.

De la costa a la selva – un solo objetivo para todo

Tras coger las primeras olas y desayunar, a solo 20 minutos en moto ya se puede estar inmerso en plena vegetación tropical. En una de nuestras siguientes paradas, no muy lejos de Canggu, visitamos a unos amigos que vivían en una casa de bambú: una joya arquitectónica con líneas curvas, estructuras abiertas y un diseño en perfecta armonía con la naturaleza. Rodeada de un mar verde, parecía integrada por completo en la selva.

El 28–300 mm nos permitió fotografiar este espacio desde múltiples perspectivas, capturando tanto las amplias estancias llenas de luz como los detalles donde la madera y la naturaleza se entrelazan. Son lugares que normalmente se ven solo en internet, pero contemplarlos en persona deja una impresión duradera.

¿Podría Bali ser también para ti?

A lo largo de los años, hemos visto y vivido gran parte de la isla. Para los nómadas digitales, Bali —especialmente zonas como Canggu, Seminyak, Uluwatu y Ubud— se ha convertido en un centro creativo, lleno de cafeterías de estilo occidental y espacios de coworking.

Pero incluso más allá, Bali ofrece mucho más que un buen café. Si buscas aventura, puedes ascender volcanes como el Monte Batur (1.717 m) o el Monte Agung (3.031 m). Hay innumerables cascadas repartidas por la isla y también lugares intactos por el turismo, donde la cultura local y la naturaleza permanecen casi inalteradas.

Bali también invita a sumergirse en su cultura única. Mientras gran parte de Indonesia es mayoritariamente musulmana, alrededor del 90 % de la población de Bali practica el hinduismo, lo que define una identidad cultural rica y distintiva.

Además, la isla es un excelente punto de partida para explorar destinos cercanos: las islas Gili, Nusa Penida, Lombok, Nusa Ceningan y Nusa Lembongan están a solo un corto viaje en barco.

Conclusión – El compañero de viaje ideal

Bali es un destino en el que la flexibilidad es fundamental, y el TAMRON 28–300 mm nos la ofreció al máximo. Sin necesidad de cambiar de objetivo, pudimos capturar desde paisajes amplios hasta momentos sutiles y escondidos. Para quien busque un objetivo de viaje que combine gran angular y potente zoom en un formato compacto, esta es sin duda una elección acertada.